¡Los NFT's son una estafa!

Desde 2020, el mundo de los NFTs crece. Se presenta como una novedad y un mercado de activos atractivo. Son tokens digitales únicos registrados en una Blockchain. Y pueden ser cualquier cosa: una foto, una imagen, un tuit, una canción o un meme. Los NFTs funcionan como una especie de contrato de propiedad amparado en una cadena de bloques que garantiza su autenticidad.

Los NFTs generan escasez haciendo que estos activos sean únicos y aumenten su valor. Es que en la Web2 cualquier archivo puede replicarse y reproducirse infinitamente sin pertenecer a nadie. Es por eso que a partir del nacimiento de este mercado, artistas digitales, creadores de contenido, y usuarios de Web3 encontraron una oportunidad de monetizar sus creaciones.

Blockchain y los activos criptográficos se consolidan en el último tiempo y parecen perfilarse como el futuro de los mercados. Y a pesar de ser una novedad, el mundo NFT muestra indicios de madurez y consolidación.

Pero… no todo es color de rosas y en la corta experiencia del mercado de NFTs ya existen casos de robos, lavado de dinero y estafas. ¿Son los NFTs una estafa? Bueno, algunos sí. Veamos algunos casos de éxitos y otros de fracaso.

Algunos casos exitosos

Uno de los casos más conocidos de venta de NFTs como obras de arte, es el del meme de Nyan Cat. Es un GIF en pixelart de un gato con cuerpo de tostada que flota por el espacio y va dejando una estela de arcoíris a su paso. Fue creado por Chris Torres, inspirado en su propio gato. El GIF fue reproducido infinidad de veces en internet y logró fama mundial.

Este es Nyan Cat
Este es Nyan Cat

Sin embargo, su creador no recibió nunca reconocimiento monetario por su aporte a Internet. Hasta que en 2020 despidieron a Torres de su trabajo por la pandemia. Y fue el momento en que encontró en el muy incipiente mercado de los NFTs una oportunidad de monetizar su trabajo. Comenzó a impulsar la venta del NFT de Nyan Cat vía Twitter y logró venderlo por 300 ETH en febrero de 2021.

Es que este NFT no es solo el contrato de propiedad exclusiva del GIF (cualquiera puede tener una réplica del de Nyan Cat en su computadora descargándola de Google imágenes). Se trata de la comunidad que Torres logró construir alrededor del GIF. “Creo que eso es lo que realmente le dio valor a la pieza en sí, el factor de toda la comunidad detrás de todo. La gente ve que estoy activo y no solo aquí tratando de ganar dinero declara Torres.

Uno de los ámbitos con más relevancia en el último tiempo es el del cripto arte, en el que artistas intercambian piezas únicas de sus obras con compradores. Pero cualquier producto digital puede ser un NFT, como es el caso de los terrenos digitales.

Un caso interesante es el de Decentraland. Una plataforma de bienes raíces digitales creada por desarrolladores argentinos. Es un espacio virtual que funciona como una red social descentralizada, en la que uno puede adquirir su propia parcela en el metaverso.

Un mapa de parcelas en Decentraland. Fuente: Xakata
Un mapa de parcelas en Decentraland. Fuente: Xakata

Un terreno digital se parece bastante a uno tradicional. Comprás uno por su valor y te dan un título de propiedad. Su precio se regula por la oferta y la demanda y es un activo que puede servir como fuente de ahorro. En Decentraland se puede hacer lo mismo que con un terreno en el mundo “real”, construir sobre él, venderlo o atesorarlo esperando que aumente su precio a largo plazo.

Cualquier usuario puede tener una parcela en Decentraland, pero nos parece destacable nombrar algunas empresas que tienen su terreno allí, como Coca Cola, NASA o Ferrari.

Veamos algunos blefs

Para ilustrar algunas experiencias que salieron mal podemos nombrar a Blockverse. Un juego basado en Minecraft que logró vender 10.000 NFTs que se agotaron en ocho minutos.

Estos NFTs te permitían acceder al servidor y jugar. Los desarrolladores juntaron el equivalente a 3 millones de dólares en Ehtereum. Y después desaparecieron. No tuvieron más actividad en Discord ni Twitter y los compradores de los NFTs no recibieron nada a cambio. O sea, perdieron plata.

Lo mismo pasó con el proyecto Evolved Apes. Evil Ape, seudónimo de su autor, produjo 10.000 imágenes de personajes con apariencia de mono con la promesa de que los dueños de esos NFTs podrían utilizarlos como avatares en un juego de pelea. Que nunca existió. El creador de Envolved Apes desapareció también de un día para el otro.

¿Entonces, son una estafa?

Hay factores importantes en los que estar atentos para discernir si un proyecto vale la pena o es una estafa. Estos son, para nosotros, por lo menos tres:

  • La comunidad creada alrededor. Personas y portavoces que den un mensaje claro y honesto sobre lo que están vendiendo como NFT. Es importante que se entienda su trabajo, sus intenciones, la misión de su proyecto.

  • Conocer en profundidad qué se está comprando. Como en el mercado de criptomonedas, quien invierte debe estar informado de las particularidades de lo que compra y sus riesgos. Con los NFTs es necesario tomar las mismas precauciones: conocer a los autores, las condiciones de la compra, la blockchain en la que el NFT se aloja, el white paper del proyecto, etc.

  • En la Web3 y en cualquier ámbito, cualquier promesa de ganar plata fácil y rápido, es muy factible de ser una estafa. Además de la honestidad de la comunidad generada alrededor, es fundamental que haya valor detrás del proyecto. Horas de trabajo, productos de calidad.

Como siempre se menciona en la discusión sobre Web3 y Blockchain, son herramientas nuevas con mucho potencial y hay proyectos muy prometedores e interesantes a su alrededor. Pero también, como todo en la vida, hay proyectos confiables y honestos y los hay deshonestos.

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