Sobre influencers y la web3

La semana pasada hubo un debate en Twitter que puso en foco a la Web3. Santi Maratea, un influencer que hace colectas via mercadopago para recaudar fondos para nobles causas defendió a la web3 en el programa de entrevistas de Youtube de Tomás Rebord. 

Santi no se destacó por sus habilidades argumentativas y su defensa de web3 fue, con razón, vapuleada. 

*todos los que estamos en web3 cuando vimos a Maratea defender a la web3*

A pesar de que Maratea no fue muy bueno argumentando, tiene un punto. 

Al momento de decidir poner esfuerzos en instalar la discusión sobre el financiamiento descentralizado de la investigación científica, en el equipo de DeSciReport surgieron algunas dudas. Sabíamos que nuestros interlocutores tenían que ser los académicos e investigadores por un lado, y los cripto entusiastas por otro. Sucede que los primeros se caracterizan por tener una opinión negativa de los segundos (y quizás viceversa).**
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En Latinoamérica la pertenencia al mundo académico se dirime por el prestigio, el trabajo ad honorem, las intrigas palaciegas, los posgrados, los diplomas y en dejar la vida por publicar en revistas prestigiosas. Muchos científicos ven estos problemas, son conscientes de que existen pero no proponen una solución ni una alternativa y continúan investigando y desarrollando su carrera en estas condiciones.

Mientras tanto, el mundo cripto es un nicho “incipiente y experimental”, en el que el prestigio y los papers no valen mucho, por no decir nada. Y donde es casi inaceptable el trabajo gratis y los esfuerzos improductivos. Una de las principales líneas rectoras de este mundo es tratar de hacer eficientes procesos que no lo son. 

¿Cómo hacemos para crear puentes entre estos dos mundos? ¿Por qué un investigador dejaría su instituto o su beca en un organismo internacional para investigar en una DAO? ¿Hay algún diálogo posible entre la comunidad científica y el ecosistema cripto? 

Una de las razones que aducen los científicos y académicos para desconfiar del ecosistema cripto es que este es una estafa. Esto es verdad parcialmente. Al ser un mundo incipiente hemos visto fracasar algunos proyectos. Al ser una comunidad basada en internet también, hubo lugar pata todo tipo de personas. Incluso chantas haciendo su propia cripto ponzi valiendose de discursos armados y superficiales sobre blockcahin para estafar personas. Pero también hay proyectos que funcionan. 

No olvidemos, que por otro lado, el mundo académico muchas veces se comporta como un esquema piramidal. ¿Cargos docentes ad honorem por años les suena? ¿Escucharon alguna vez hablar de becarios sin derechos laborales ni aportes jubilatorios? 

Internet, blockchain web3, las universidades y los institutos de investigación son todos fenómenos colectivos donde hay personas: los hay chantas y los hay honestos, en PsyDAO y en CONICET. Donde sea, uno se puede cruzar con gente trabajadora o con aprovechadores, con proyectos que funcionan y con proyectos que fracasan, mecanismos eficientes y líos burocráticos. No es monopolio de la web3 tener chantas en sus filas. Ni son las universidades el paradigma de la moralidad supina. 

Con respecto a lo que nos compete, que es el movimiento DeSci, y si lo que preocupa es la institucionalidad: hay proyectos de países centrales bancados por universidades prestigiosas. La reciente Desci Boston estuvo organizada junto al MIT. Y sin ir más lejos, el movimiento Open Science está bastante consolidado en el mundo académico tradicional (hay conferencias, congresos, jornadas sobre OpenScience en nuestras universidades nacionales hace algunos años).

Entonces, ¿Hay que cerrar las universidades y abolir el estado? ¿Hay que cambiar las elecciones por votaciones en una app? no estamos diciendo eso. 

Estamos diciendo que hay un escenario en el que académicos y criptoentusiastas parecen coincidir: las formas tradicionales de producir conocimiento científico son ineficientes, burocráticas y elitistas. 

Existen herramientas que podrían mejorar estos mecanismos. En otros países hay proyectos que funcionan. ¿puede fallar? sí. ¿Los mecanismos tradicionales centralizados fallan? también. 

Quizás eso es lo que quiso decir Maratea cuando empezó esta oración interminable e inentendible:

Quizás, no lo sabemos. No nos cae bien Maratea, pero tiene un punto. 

Por parte de los científicos, quizás se trate de ser más flexibles, abiertos y menos conservadores. Quizás los más conservadores lo único que quieren conservar son sus privilegios en un sistema potencialmente obsoleto. 

Por parte del ecosistema de Web3, sin duda tienen el desafío de encontrar nuevas y mejores formas de comunicar su mensaje.

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