En la orilla de un arroyuelo lloré,

Por la realidad triste y cruel que era mi vida,

Recordando mis súplicas sin ser escuchadas,

Durmiendo por las noches, sin querer despertar.

Maldije con todas mis fuerzas mi suerte,

Caminé sola hacía el fluir del agua,

Me detuve en un lugar apartado y solitario,

Escuchando a la distancia el murmullo de las aves,

Mientras miraba la corriente fijamente,

Sin poder soportar mi reflejo.

Considerando mis limitadas opciones,

Me sumergí por largo tiempo en las frías aguas,

El sonido de la corriente me calmó poco a poco,

Por un momento me sentí protegida,

Al salir grité con todas mis fuerzas,

Y lloré como pocas veces he llorado.

Al caer la tarde, estando cansada y triste,

Surgió en mí una pequeña esperanza,

De que las cosas podrían ser mejores,

Y de que era mejor morir,

Intentándolo.

*

Autora: Zoe Lynne “Wanderer Star”