Market-Protocol Fit: de la Narrativa a la Utilidad en Proyectos de Web3

El market-protocol fit es un enfoque de construcción de proyectos de cripto donde se empieza por una narrativa potente y se espera que la comunidad desarrolle el mercado…

Esta es una versión traducida y adaptada del artículo “Market-Protocol Fit” publicado por Toby Shorin, Laura Lotti y Sam Hart el 17 de abril de 2020.

Tres años después del boom de las ICOs, la economía cripto está llena de proyectos que buscan ver cómo dar valor a su moneda nativa. Muchos están recurriendo al viejo manual de las startups tradicionales: construyen un equipo ágil para encontrar y satisfacer una demanda del mercado.

Quizá sea por presiones de los inversores o por una falta de conocimiento de otras estrategias, pero la unión entre criptorredes y corporaciones se encuentra en su nivel histórico más elevado.

Satoshi estaría revolcándose en su tumba.

Es que los proyectos con mayor valor y utilidad actual (Bitcoin, Ethereum y algunos otros productos de la era de las ICOs) no siguieron la trayectoria tradicional de desarrollo de productos. Por el contrario, los mayores caso de éxito empezaron con un ethos open source y recorrieron un camino diferente: primero una amplia distribución de tokens, seguida de innovación de producto que activó esos tokens de maneras útiles.

Llamamos a esto market-product fit, una dinámica donde los tenedores de tokens generan narrativas y casos de uso en competencia, que exploran de manera simultánea.

De nuestro último ensayo:

“¿Cómo logran los proyectos product-market fit en la era de la Web3? Bueno, en muchos sentidos no lo hacen. En un sistema altamente descentralizado, estas operaciones se invierten de tal forma que es la comunidad la que encuentra las soluciones de producto por ella misma: ‘market-product’. Los protocolos criptoeconómicos son marcos de mercado que buscan potenciales aplicaciones de producto. El trabajo de explorar las narrativas paralelas, descubrir casos de uso emergentes y testear soluciones se distribuye entre los miembros del ecosistema en su conjunto de tal forma que, cuando la marea sube, levanta todos los botes."

Para actualizar nuestra terminología, market-protocol fit es el término más adecuado para este fenómeno. Al distinguir este aspecto de “primero el mercado” del manual de las startups, podemos clarificar nuestro pensamiento sobre el ciclo de vida de los protocolos de tokens y entender qué tan lejos han progresado los proyectos.

El market-protocol fit puede dividirse en tres fases conceptualmente diferentes:

  • Distribución de una promesa: Una idea atractiva es vendida con un marco de mercado mínimamente definido.

  • Descubrimiento de la utilidad: Los miembros iniciales de la comunidad prototipan nuevos casos de uso, algunos de los cuales ofrecen utilidad real y generan crecimiento.

  • Osificación: Los efectos de red fortalecen el valor y llevan al protocolo a converger en una funcionalidad y narrativa específicas.

El proceso puede visualizarse como una figura con forma de pelota de fútbol americano que comienza con una distribución inicial de tokens y termina con una osificación del protocolo. Esta curva se corresponde con la variación de la narrativa y con la experimentación de diferentes casos de uso.

El proceso de experimentación del market-protocol fit.
El proceso de experimentación del market-protocol fit.

La formulación original de Marc Andreessen del product-market fit describe cómo las startups se mueven desde un producto mínimo viable hacia servir las necesidades de los consumidores. Las criptorredes, por el contrario, empiezan desde cero. Al comienzo, sólo tienen incentivos de tokens y una narrativa.

En base a esto, movilizan a desarrolladores y colaboradores a que se coordinen espontáneamente de maneras que los consumidores finales encontrarán beneficiosas. Sólo un puñado de proyectos han logrado crecer de esta forma. Un puñado aún está en las primeras etapas de este proceso desafiante.

En este ensayo, describiremos las diferentes fases del market-protocol fit, caracterizando los cambios que los tokens y sus blockchains subyacentes introducen en el ciclo de vida de la innovación.

La Promesa Mínima Viable

Al comienzo, los tokens no son instrumentos para almacenar valor ni acciones. Son simplemente una promesa que atrae una audiencia.

Aunque esto parecería contradecir el ethos de la minimización de la confianza, la realización de promesas simples y creíbles ha jugado un rol esencial en la formación de la industria de las criptomonedas. Recordemos que, en su lanzamiento, el Bitcoin sólo era una promesa de realizar transacciones digitales sin la necesidad de intermediarios de confianza. Aún no era dinero y no tenía valor de cambio.

La esencia de la promesa de un token es que algún día tendrá alguna utilidad real. El desafío para los equipos que emiten estas promesas es removerse a sí mismos tan rápido como sea posible, dejando que la comunidad cumpla con esta promesa, alcanzando así una "suficiente decentralización" desde una perspectiva regulatoria.

El cumplimiento exitoso de la promesa requiere construir una serie de contextos adicionales (exchanges, wallets, medios y proyectos “construidos por encima”) que hacen uso del token y lo vuelven útil realizando sus capacidades y su valor.

En las etapas iniciales, sin embargo, el valor nocional de los tokens se determina casi enteramente por la narrativa en lugar de la utilidad. El zeitgeist de un token incipiente puede entenderse como una especie de branding descentralizado, donde la narrativa se forma por un deseo especulativo.

Sea cual sea la promesa financiera o social que propone un token, el deseo es la fuerza animadora que dispara la adopción inicial y el florecimiento de las narrativas de apoyo. Los proyectos que nunca avanzan más allá del valor narrativo son casos de "marketing como prueba de trabajo", donde el gasto conspicuo señala la intención de una inversión continua.

Para los que lo hacen, su promesa inicial actúa como un Schelling point hacia el que la comunidad construye, disparando un proceso de branding y desarrollo de infraestructura. En cualquier caso, los proyectos empiezan con la promesa de un "valor potencial" en lugar de llevando un producto real mercado.

En esta etapa, hasta las promesas más grandiosas son “invertibles” (aunque esta inversión no sea aconsejable bajo las leyes de mercado de capitales de Estados Unidos). Los tokens son emitidos en un blockchain, lo que crea, como mínimo, las condiciones para el intercambio, la propiedad y la participación, así como una serie de reglas más avanzadas como escasez en la oferta, consenso, mecanismos de recompensa y estructuras de comisiones.

Aquí, la ley es código: la dimensión normativa del protocolo estabiliza nuestros comportamientos y supuestos sobre cómo ocurre el intercambio y cómo pueden ser utilizados los tokens. Esto significa que podemos poseer e intercambiar tokens sobre la base de valuaciones subjetivas, sabiendo lo que representan y sin tener aún un caso de uso concreto.

En esencia, la actitud requerida por los proyectos de cripto en etapa temprana es de “fake-it-till-you-make-it”. Esto es importante para avanzar más allá de la etapa de las promesas. Por supuesto, algunos tokens siguen siendo puramente especulativos, modas que caen en la oscuridad antes de llegar a ser parte de nuestra cultura. Pero con una comunidad fuerte de creyentes, un token puede establecer un círculo virtuoso para ir cumpliendo progresivamente con la promesa inicial.

En síntesis, los tokens criptográficos sólo necesitan un blockchain, una promesa atractiva y una distribución amplia para empezar a representar valor en la mente de las personas. La capacidad de capturar el deseo y la imaginación habilitan un marco mínimo de mercado para crecer más allá de la fase de la promesa, un proceso que llamamos “proceso de descubrimiento de la utilidad”.

Descubrimiento de la Utilidad

En el mundo de los productos y servicios de retail, la mayoría del intercambio comienza con un pedido, seguido por una expectativa de que se entregará cierta utilidad. En cripto, sin embargo, ocurre lo contrario: se emite una promesa en masa, la utilidad de la cual no está bien definida al comienzo, pero que se realiza progresivamente.

Esta realización ocurre en dos pasos:

  1. Muchos equipos experimentan en paralelo con productos y servicios construidos alrededor de un token de protocolo generando una construcción de nueva infraestructura.

  2. Early adopters dirigen el crecimiento de productos y servicios específicos donde los efectos de red comienzan a funcionar y llevan al protocolo hacia la funcionalidad prevista.

Experimentación Paralela

El descubrimiento de la utilidad comienza movilizando a una comunidad de early adopters sobre la base de una promesa que es representada por el token. El dinero es un fenómeno social, y los tokens con una dimensión participativa dan a los miembros de la comunidad una manera de explorar esta socialidad antes de que el protocolo gane adopción masiva.

Para los primeros Bitcoiners, esto involucraba hacer contribuciones al código, participar en discusiones en el Cypherpunk Mailing List, IRC, o Bitcoin Talk, comprar medias de alpaca, o tan solo tener Bitcoin y difundir las virtudes de la economía austríaca. Alternativamente, muchos experimentaron con Bitcoin forkeando el protocolo y lanzando monedas completamente diferentes.

Del mismo modo, la promesa de Ethereum de permitir a cualquiera crear su propia moneda fue fundamental para dar el puntapie inicial a la experimentación paralela. Esto llevó a una enorme especulación en las ICOs, pero también permitió que diferentes visiones coexistieran dentro de un mismo ecosistema. Así impulsó la narrativa de Ethereum como una plataforma de crowdfunding que permitía experimentar con nuevos protocolos y estándares.

Los mecanismos de gobernanza on-chain también brindaron una manera de experimentar con la comunidad. Por ejemplo, Decred y Tezos aún tienen que encontrar una killer app que alimente sus economías internas. Pero formalizaron modelos de gobernanza y amplias distribuciones de tokens para que los tenedores se sientan vinculados al proyecto y participen de una experimentación continua.

La gobernanza on-chain también tiene la ventaja de reducir las barreras técnicas para participar de una manera significativa, brindando a los tenedores de tokens un mayor sentido de propiedad sobre la dirección futura del proyecto. La reciente iniciativa de la comunidad de Zcash para integrar un proceso de gobernanza centralizado como parte del Network Upgrade 4 confirma esta tendencia.

La experimentación también se sostiene a través de una variedad de eventos en persona, hackathones, conferencias de desarrolladores y meetups, así como espacios de encuentro online, foros y plataformas de chat, donde los miembros de la comunidad puedan intercambiar ideas, cocrear y cultivar nuevas narrativas juntos.

Muy importante, aunque la mayoría de ese output experimental nunca vaya más allá que un post en un foro o un prototipo, la generación de ideas nuevas, la internalización de aprendizajes, y un amplio sentido de momentum siguen siendo cruciales para el éxito futuro de esas iniciativas.

Crecimiento Selectivo

A medida que van emergiendo más productos y servicios, más capital y recursos empiezan a formar parte del ecosistema de tokens subyacentes.

Mientras mayor valor esté depositado en un protocolo, más líquido y confiable se vuelve. Eventualmente, otras personas empezarán a crear sus propias promesas sobre él. Así empiezan a crearse “verticales de utilidad” incipientes.

Por supuesto, no todas las promesas serán creíbles ni todos los experimentos serán viables. De hecho, la mayoría no lo será. Pero ese 1% con utilidad real generará atención, energía e inversión, creando un círculo virtuoso de adopción, liquidez y participación de la comunidad.

Ethereum se encuentra actualmente en pleno proceso de descubrimiento de utilidad, tras haber activado una fuerte y diversa comunidad a través de la iteración por diferentes narrativas y casos de uso, desde juegos hasta finanzas y DAOs.

Lo que atrajo a los primeros desarrolladores fue la promesa de una “computadora mundial”. Pero a medida que más gente se fue uniendo a la red y empezó a experimentar, se inventaron casos de uso como las stablecoins, los protocolos de lending y los automated market maker.

Esto fue iterando la narrativa de Ethereum desde la “computadora mundial” a los “lego de dinero” al tiempo que contribuía al desarrollo de una infraestructura más componible.

MakerDAO y los protocolos de DeFi que le siguieron están desempeñando un papel central en desarrollar un proceso de crecimiento selectivo en el ecosistema de Ethereum. Lo hacen a través de la colateralización y de diferentes mecanismos de staking y quema de monedas. Esto cumple con la promesa de “dinero programable” de Ethereum mientras que crea efectos de red.

Los juegos de cripto son otra vertical naciente de utilidad en Ethereum. Aquí, la promesa está más relacionada con la “verdadera propiedad” de los activos, una historia que estuvo estrechamente vinculada con la creación de los tokens no fungibles.

Las sidechains son una tecnología de L2 que habilita al gaming como un caso de uso viable, al facilitar transacciones más rápidas. En la capa del usuario, juegos como My Crypto Heroes y Gods Unchained ya han desarrollado grandes comunidades de jugadores.

Los juegos de intercambio de tarjetas coleccionables son poderosos mecanismos para atraer y retener capital en el ecosistema, alentando más lugares de trading para soportarlos y expandiendo la base de usuarios que pueden jugar unos con otros. Un ejemplo clásico de crecimiento de efectos de red.

Osificando la Marca

Las promesas que un proyecto hace en su white paper, no son necesariamente aquellas hacia las que termina convergiendo el mercado. El branding y el desarrollo de producto ocurren de manera simultánea en un frenesí que genera diferentes narrativas y deseos que se ramifican. Una fuerte narrativa necesita ser respaldada por un protocolo funcional. A medida que el ecosistema atrae más recursos, su stack se vuelve más sólido y la narrativa se consolida.

En el artículo “Capas (no eras) de computación de blockchain”, Jesse Walden sostiene que el "desarrollo de tecnologías más avanzadas no necesariamente se come los casos de uso de las capas más bajas sino que resulta en un stack más complejo y especializado." Es este stack completo y su narrativa por el que llegamos a conocer el ecosistema completo.

Alcanzar market-protocol fit es un viaje de senderos que se bifurcan y actualizaciones complejas y con alta carga política. El Bitcoin pasó por varias narrativas antes de llegar a la que lo define como “reserva de valor resistente a la censura” u “oro digital”. Esto ocurrió a lo largo de años, junto al desarrollo de la infraestructura de minería y financiera, y un fork ideológico que eliminó las narrativas incongruentes.

Ethereum está enfrentando desafíos similares en su negociación entre el roadmap de la capa base y las necesidades de los protocolos de L2. Aún no es claro si Ethereum 2.0 romperá alguna de las propuestas de valor centrales del DeFi, la composabilidad, o si podrá reinventarse sin esta narrativa.

Mientras tanto, en el blockchain de EOS surgió una vertical de apuestas entre su comunidad de entusiastas de los Lambos. Zcash y Decred aún están en una fase caótica de descubrimiento de utilidad, y proyectos más recientes como Arweave y Edgeware prácticamente aún no se han movido de su promesa inicial.

Conclusión

El protocol-market fit es un arte de coordinación que requiere de la participación de stakeholders diversos.

Primero, se llega a un consenso sobre una narrativa. Luego, llega un proceso en que se desarrolla un conjunto de infraestructura de acuerdo con esa narrativa, ofreciendo un sustrato mínimamente consistente sobre el cual seguir construyendo.

En el enfoque del market-protocol fit, primero se vende la narrativa, se construye la infraestructura y la liquidez.

Una vez que la promesa inicial ha sido lo suficientemente distribuida, la comunidad y el capital son lo único que importa para impulsar la expansión de un ecosistema de token.

Mientras que los caminos hacia el “fitness” van a variar según la dirección inicial de un proyecto y su comunidad, podemos encontrar patrones comunes en la estrategias que los proyectos están utilizando para navegar las fases que discutimos.

  • Las promesas deben ser convincentes, con una cantidad de tokens significativa distribuida entre aquellos con los que resuene la promesa. Esto significa mejorar y reimaginar el problema de la “distribución justa”. En los últimos años, los airdrops han demostrado ser poco efectivos para activar una comunidad. Es necesario poner en marcha otras estrategias para canalizar el deseo especulativo en un protocolo, expresado como mindshare de desarrolladores, recursos de minería y staking, participación en debates en foros, creación de memes, etc.

  • Los stakeholders deben recibir apoyo para experimentar y descubrir una utilidad significativa para el protocolo. Esto significa el apoyo formalizado de experimentos e incentivos que favorecen el HODLing sobre las ventas especulativas. En esta fase, el governance y el staking pueden ser poderosas herramientas para canalizar la energía de la comunidad hacia los proyectos y fortalecer la idea de que la promesa será cumplida. Adicionalmente, debe haber narrativas fuertes que alimenten la experimentación y la construcción del ecosistema. El governance y el staking sólo son efectivos si su propósito está estrechamente relacionado con avanzar la promesa de esas redes; su función es habilitar a la gente a señalar su creencia (e invertir) en un futuro en el que quieren habitar.

  • Debe existir un mecanismo de feedback para canalizar recursos y liquidez hacia experimentos promisorios. Los mecanismos para hacer staking de recursos y colateralización ayudan a generar efectos de red que avanzan el desarrollo del ecosistema. Los grandes stakeholders, particularmente los inversores, deben estar dispuestos a ofrecer apoyo a medida que crece el protocolo. Esto ya ocurre parcialmente a través de estrategias de inversión como el generalized mining, que busca apoyar el lado de la oferta de la economía interna de un protocolo; nuevas iniciativas dirigidas a sostener el desarrollo y apoyar la adopción también podrían ser beneficiosa para avanzar hacia la osificación.

    El market-protocol fit es un nuevo fenómeno en el ciclo de vida del desarrollo tecnológico, donde el código open source define endógenamente las condiciones de intercambio y propiedad, y donde los stakeholders pueden participar desde el comienzo sin pedir permiso.

    El market-protocol fit y el product-market fit son dinámicas competitivas que, de manera progresiva, conducen hacia un mejor fit entre los participantes de un mercado y cierta utilidad funcional. En este sentido, vemos estrategias basadas en market-protocol fit como complementarias, a otros enfoques, como el de descentralización progresiva.

    Los tokens que representan promesas son como navíos que pueden aceptar capital financiero, pero también atención, habilidades, ethos e imaginación. Poner valor y “valores” en un sistema tecnoeconómico crea las condiciones para que estos protocolos emerjan. Desde allí, los proyectos deben cultivar su potential memético y activar a los tenedores de tokens para la construcción de un ecosistema floreciente.

Subscribe to Federico Ast
Receive the latest updates directly to your inbox.
Mint this entry as an NFT to add it to your collection.
Verification
This entry has been permanently stored onchain and signed by its creator.