Futarquía: las Apuestas como Forma de Gobierno

La futarquía es una nueva forma de gobierno que combina las elecciones con mercados de apuestas para el gobierno de una comunidad…

Este texto es una versión adaptada de Futarchy: Vote Values, But Bet Beliefs de Robin Hanson, el creador de la futarquía.

Hay grandes diferencias de riqueza entre las naciones, y estas diferencias no pueden atribuirse a diferencias en recursos naturales o habilidades humanas.

Una gran parte de las diferencias parecen deberse a que los países pobres (muchos de ellos, democracias) son los que, con mayor frecuencia, adoptaron políticas tontas. Esto es, políticas que perjudicaban a casi todos los habitantes del país. Incluso los países ricos con frecuencia adoptan estas políticas.

Estas políticas no sólo eran tontas en retrospectiva; típicamente había expertos que tenían buenas razones para rechazarlas desde el comienzo. Es difícil imaginar que esas políticas hubiesen sido adoptadas con tanta frecuencia si todos hubiesen sabido que esos expertos sabían sobre sus consecuencias.

Es decir, la democracia con frecuencia falla por ignorar la opinión de expertos relevantes (es decir, gente que sabía cosas relevantes).

¿Hay alguna otra forma de gobierno que escuche a los expertos relevantes con mayor frecuencia?

Sin embargo, aun cuando pudiésemos identificar a los expertos, no se trataría sólo de ponerlos a cargo.

Estos expertos, una vez en el poder, podrían decidir hacer lo que es bueno para ellos, en lugar de lo que es bueno para la comunidad. Así, una vez en el poder, ya no serían los expertos relevantes.

La futarquía es una forma de gobierno que busca resolver estos problemas. En la futarquía, mecanismos democráticos estarían a cargo de definir lo que queremos como comunidad, pero mercados de apuestas definirían cómo obtenerlo.

Un conjunto de representantes electos tendrían la tarea de definir cómo medir el bienestar nacional, mientras que un conjunto de especuladores de mercado definirían qué políticas tienen más probabilidades de maximizar ese bienestar.

La regla básica de gobierno sería la siguiente:

Cuando un mercado de apuestas estima claramente que una política propuesta aumentaría el bienestar nacional esperado, esa propuesta se convertiría en ley.

La futarquía es ideológicamente neutral. En función de las preferencias de los votantes sobre la métrica a optimizar y la decisión de los especuladores sobre cómo optimizarla, la futarquía podría resultar en cualquier cosa desde un socialismo extremo hasta el anarquismo.

La futarquía es una forma de gobierno prometedora si aceptamos los tres supuestos siguientes:

- Las democracias fallan en agregar toda la información disponible.

- No es difícil distinguir entre naciones ricas y felices de las naciones pobres y miserables.

- Los mercados de apuestas son la mejor institución que conocemos para agregar información.

El PBI es la métrica más común de la riqueza de un país. Parece evidente que las personas en países con alto PBI tienden a ser más ricas que las personas en países con bajo PBI.

Entonces, los economistas tienden a recomendar políticas que están causalmente relacionadas con un PBI creciente. El PBI puede ser suficiente, pero también podríamos incluir la riqueza, la desigualdad, la salud, el tiempo libre y las métricas de medio ambiente.

Si podemos medir cuán ricas son las naciones, podemos usar esas medidas para resolver apuestas. Esto es bueno porque los mercados de apuestas, y más generalmente los mercados especulativos, suelen ser muy buenos para agregar información.

Para tener una opinión en un mercado especulativos, tienes que “poner tu dinero donde está tu boca”. Los que saben que no son expertos relevantes, se callan. Y los que no lo saben, eventualmente pierden su dinero, y luego se callan.

Los mercados especulativos ofrecen pagar a cualquiera que vea un sesgo en los precios de mercado, y venga a corregir ese sesgo.

Las estimaciones de los mercados especulativos no son perfectas. Parece haber un sesgo cuando hay altos costos de transacción, y quizá algo de volatilidad excesiva en los movimientos de precios de largo plazo.

Pero estos mercados parecen funcionar muy bien en comparación con otras instituciones. Por ejemplo, la información sobre apuestas en las carreras es mejor que las predicciones de los expertos en carreras, los futuros de jugo de naranja de Florida son mejores que las predicciones de clima del gobierno, los mercados de apuestas son mejores que las encuestas para predecir los resultados de la elección de Estados Unidos, y los mercados de apuestas consistentemente vencen a las predicciones de Hewlett Packard sobre las ventas de impresoras.

En general, es difícil encontrar información que no esté incorporada en precios de mercado. Un mercado de apuestas puede estimar si una política propuesta aumentaría el bienestar nacional comparando dos estimaciones: el bienestar nacional condicional a adoptar esa política, y el bienestar nacional condicional a no adoptar esa política.

Para una discusión académica más detallada sobre la futarquía, leer el paper, Shall We Vote on Values, But Bet on Beliefs?

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