La Revolución del Blockchain y el Gobierno de las Organizaciones Descentralizadas

Este artículo explica cómo el blockchain introduce nuevas formas de gobierno: el camino hacia las organizaciones descentralizadas…

Hasta el siglo XVIII, prácticamente la única forma de gobierno que había conocido la humanidad era el despotismo. Faraones, zares, emperadores y reyes gozaban de un poder centralizado y absoluto. El mundo apenas si había conocido unas pocas experiencias democráticas en la polis ateniense, la república de Roma, y las ciudades estado de Florencia y Venecia del Renacimiento.

En el siglo XVIII, las revoluciones en Estados Unidos y Francia dispararon un proceso de descentralización del poder. Los intelectuales de la época, en particular los escritores federalistas de Estados Unidos, debatieron cómo estructurar el gobierno de una gran república. No había experiencias previas de gobierno democrático a gran escala.

La democracia representativa con división de poderes fue la mejor respuesta que encontraron los filósofos y cientistas políticos de la época para evitar la concentración de poder. Como escribió John Adams: “Un gobierno de leyes, no de hombres”.

John Adams, segundo presidente de Estados Unidos, autor de la célebre máxima: “Un gobierno de leyes, no de hombres”.
John Adams, segundo presidente de Estados Unidos, autor de la célebre máxima: “Un gobierno de leyes, no de hombres”.

En los primeros años del siglo XXI, la humanidad se enfrenta a una disyuntiva análoga a las revoluciones democráticas del siglo XVIII: la transición desde la Internet centralizada a la era de la blockchain.

En general, percibimos a las grandes plataformas de la web (Facebook, Google, Twitter, etc.) como empresas. Aunque, desde un punto de vista político, bien podríamos considerarlas Estados virtuales. Son grandes comunidades donde millones de usuarios son súbditos de una monarquía absoluta.

El management escribe la ley (términos y condiciones), controla la administración de justicia (sistema de resolución de disputas), designa a los jueces (moderadores) y aplica las sanciones (suspensión y expulsión de usuarios). En el fondo, no es diferente del poder que tenía Luis XIV en la Francia del siglo XVII. La conocida frase atribuida al monarca de “el Estado soy yo” gráficamente significaba que él también escribía la ley, designaba a los jueces y aplicaba las sanciones.

Luis XIV (1638–1715), autor de la famosa máxima: “El Estado soy yo”.
Luis XIV (1638–1715), autor de la famosa máxima: “El Estado soy yo”.

Así como las revoluciones del siglo XVIII resultaron en una descentralización del poder en los estados nacionales, la del blockchain resultará en una descentralización del poder en Internet.

Ya están comenzando a surgir alternativas descentralizadas y controladas por los usuarios de plataformas similares a Reddit (Steemit), Uber (Arcade City), eBay (OpenBazaar), por citar algunos ejemplos. Estas organizaciones políticas (organizaciones autónomas descentralizadas) son, de alguna forma, como las nuevas repúblicas de la era de Internet.

Si no hay un propietario/monarca que pueda tomar decisiones (actualización de software, política de precios, distribución de ingresos, acceso a la plataforma) de manera unilateral, los usuarios adquieren la potestad de tomar decisiones en su conjunto. Pasan de ser súbditos a ciudadanos.

Al igual que los Federalistas en el siglo XVIII, los filósofos, teóricos políticos y emprendedores de la era del blockchain, nos encontramos con que no tenemos experiencias previas de éxito. Tenemos que empezar a pensar cómo queremos que sea el gobierno de estas nuevas plataformas. Entonces, ¿cuáles van a ser las herramientas de gobierno aptas para la era del blockchain?

Alternativas para el Gobierno de Blockchain

Democracia Líquida

Una alternativa es la democracia líquida, una combinación entre democracia directa y democracia representativa. En la democracia representativa, los ciudadanos delegan su poder de voto en un representante, quien asume la responsabilidad de votar por él en todos los temas. En caso de disconformidad, el ciudadano recién puede cambiar de representante en la siguiente elección.

En la democracia líquida, los ciudadanos pueden delegar sus votos a representantes por temas específicos. Por ejemplo, delegar las decisiones sobre actualizaciones de software a un usuario, y las decisiones de distribución de ingresos a otro. Si no estamos conformes con el representante, podemos revocar de inmediato nuestra delegación del voto, sin esperar a la siguiente elección.

Democracy Earth es un proyecto de blockchain que trabaja en el desarrollo de sistemas de votación para organizaciones descentralizadas. Para más información sobre democracia líquida, leer este artículo.

Futarquía

Otra idea para el gobierno de organizaciones autónomas descentralizadas es la futarquía, propuesta por primera vez por el economista Robert Hanson. En este caso, los usuarios no votan representantes ni políticas. Votan cuál es la métrica que define cuán bien está funcionando la comunidad política.

Luego, a través de una tecnología conocida como mercados de predicción se generan los incentivos para que sean implementadas las políticas que optimizan la métrica elegida por la mayoría. Proyectos de mercados de predicción como Augur y Gnosis ya están en funcionamiento, y mejoran la disponibilidad de información para la toma de decisiones.

Para más información sobre esta forma de gobierno, leer este artículo de Hanson y este paper de Ralph Merkle sobre el uso de futarquía en organizaciones descentralizadas.

El manifiesto donde Robin Hanson proponía la futarquía como forma de gobierno.
El manifiesto donde Robin Hanson proponía la futarquía como forma de gobierno.

Demarquía

Una tercera forma de gobierno propuesta para las organizaciones descentralizadas es Kleros, que significa “azar” en griego. Se basa en la demarquía, una forma de gobierno basada en el principio ateniense del sorteo de los representantes, combinado con conceptos de inteligencia colectiva de la era de Internet.

Aunque el principal caso de uso de Kleros se encuentra en la resolución de disputas, desde una perspectiva más general, es una tecnología de gobierno que puede servir para tomar toda clase de decisiones que requieran de neutralidad. Cuando los Padres Fundadores de Estados Unidos redactaron la Constitución, discutieron el uso de sorteos para la elección de representantes. Al igual que los pensadores clásicos, lo veían como un método para prevenir las facciones.

Para más información sobre la demarquía, leer este artículo.

Forks

A veces, dentro de una comunidad pueden surgir diferencias irreconciliables que no pueden ser resueltos por los mecanismos de gobierno. Cuando esto ocurre, una facción puede decidir separarse y formar su propia comunidad. En el gobierno de blockchain, esto es lo que se conoce como fork o bifurcación.

Esto es lo que hicieron los Estados Unidos cuando se independizaron de Gran Bretaña en 1776. La comunidad se dividió en dos partes y cada una siguió su camino.

La Declaración de Independencia de Estados Unidos. El 4 de julio de 1776, Estados Unidos realizó una bifurcación de la comunidad de Gran Bretaña.
La Declaración de Independencia de Estados Unidos. El 4 de julio de 1776, Estados Unidos realizó una bifurcación de la comunidad de Gran Bretaña.

El blockchain de Bitcoin sufrió diferentes forks a lo largo del tiempo. Uno de ellos ocurrió el 30 de julio de 2017, debido a un desacuerdo sobre cuestiones técnicas vinculadas con la escalabilidad de la plataforma. Una parte de la comunidad siguió con la cadena original. Otra parte decidió abrir otra cadena, con otra moneda, llamada Bitcoin Cash (BCH), con algunas características técnicas diferentes.

La red luego sufrió otras bifurcaciones con la creación de Bitcoin Gold y luego Bitcoin Private.

Tras el hackeo de El DAO, ocurrió un fork en el blockchain de Ethereum. La mayoría de la comunidad, que estaba a favor de devolver el dinero a los aportantes, decidió abrir una nueva rama. Una minoría, en desacuerdo con la decisión, siguió en la cadena original. Esa rama hoy se conoce como Ethereum Classic.

Los interrogantes de gobierno se vuelven un tópico cada vez más relevante para la nueva era de la Internet descentralizada. Las organizaciones autónomas son comunidades políticas donde millones de personas colaboran en la producción de un servicio valioso. Y, como tales deben desarrollar estructuras de gobierno.

Si hoy vivieran, los grandes filósofos políticos de la era de los estados nacionales como Hobbes, Locke, Rousseau, Montesquieu, Hamilton o Madison, sin duda escribirían sobre criptoeconomía. Esta nueva y apasionante disciplina -una combinación de criptografía, ingeniería de redes y teoría de los juegos- es clave para generar los incentivos correctos en las organizaciones autónomas descentralizadas.

Todavía estamos esbozando la forma de gobierno más propicia para estas nuevas comunidades de pares. Nos queda un largo camino de aprendizaje por delante.

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