Lo primero es definir el horizonte de tiempo en el que vamos a operar: un día, varias semanas o unos cuantos meses.
El day trading consiste en entrar y salir de las posiciones en un mismo día para aprovechar las fluctuaciones de muy corto plazo del mercado. Los day traders buscan lograr pequeñas ganancias muchas veces en un día.
Una táctica común de day trading es el scalping. Esto es vender apenas el trade se vuelve rentable.
Otra son los puntos de pivot. En ella, buscamos comprar al mínimo del día y vender al máximo. En este caso, utilizamos como objetivo de precio el pivot que indica que puede venir una reversión de tendencia.
Otra alternativa es el momentum trading: comprar activos que estén subiendo acompañados por un alto volumen. Y vender cuando aparezca una señal de reversión bajista.
En el swing trading, las posiciones se mantienen entre pocos días y pocas semanas. El objetivo es aprovechar alguna tendencia de mercado identificada por análisis técnico.
Los swing traders pasan las horas intentando identificar patrones en los gráficos.
Luego definen dónde entrar, dónde esperan salir para cumplir el objetivo, y también donde van a colocar el stop loss para cortar las pérdidas en caso de que el trade no salga como esperaban.
Las estrategias de trading de posición buscan mantener un activo en el portafolios por meses o años. Para esto, se suelen combinar herramientas de análisis técnico y análisis fundamental.
Primero identificamos un activo que nos interese a través del análisis fundamental. Y luego utilizamos el análisis técnico para encontrar el punto justo de entrada.
Las herramientas de análisis on-chain que estudiamos en un artículo anterior pueden ser muy útiles para entender si estamos cerca de un máximo o mínimo del ciclo, y tomar decisiones de compra o venta.
La estrategia a utilizar dependerá de nuestro perfil y del tiempo que podamos dedicar.
El day trading requiere seguir continuamente el movimiento del mercado. Si no tenemos la posibilidad de dedicarnos full time, es mejor hacer trading de posición.
Una pregunta clave es: ¿Cuánto estamos dispuestos a arriesgar?
En general, los traders no arriesgan más de 1 o 2% de su portafolio en un trade.
Si tenemos en claro nuestro perfil de riesgo, podemos definir nuestros puntos de entrada, de salida y utilizar la herramienta de stop loss.
Si el trade sale mal, tenemos la certeza de que no vamos a perder más que el 1%.
Es bueno tener un diario de trading en el que anotemos todas nuestras operaciones. Así podremos hacer un seguimiento de nuestro rendimiento e identificar oportunidades de mejora. Para esto, podemos usar una simple planilla de Excel o algún servicio especializado.
Aquí puedes descargar una planilla que puedes usar como diario de trading.
En definitiva, tener una estrategia de trading va a asegurar que nuestras acciones estén de acuerdo con nuestros objetivos y los riesgos que estamos dispuestos a correr.
Nos permitirá fijar metas claras y evitará que cometamos errores por tomar decisiones emocionales.
Nada es seguro en el mercado. Pero conocer las herramientas y tener una estrategia nos permitirá poner las probabilidades de nuestro lado.