Legaltech: Innovación Empresarial Aplicada al Derecho

Daniel Acevedo es Senior Manager en EY Law Latam North y lidera las líneas de negocio de consultoría para la función legal (LFC) y servicios legales gestionados (LMS). Su carrera se ha concentrado en el desarrollo de capacidades en operaciones legales y legaltech para los principales despachos de abogados en México y Colombia. Es abogado y cuenta con un master’s degree en tecnología y negocios.

¿Qué es legaltech?

Legaltech se refiere a la utilización de métodos de gestión y tecnologías provenientes de la ingeniería y de la administración para innovar en el ejercicio de la profesión legal.

Esto normalmente resulta en alguna mejora en el negocio o en el modelo de prestación de servicios jurídicos, ya sea dentro de una firma o en el departamento legal de una empresa.

Aunque aún no hay una definición universalmente aceptada, dentro de legaltech yo incluyo desarrollos de software aplicados al derecho, la optimización de procesos legales y herramientas de legal design.

Daniel Acevedo.

¿Cómo nació y cómo está evolucionando esta disciplina?

Históricamente, la profesión legal estuvo desligada de las ciencias de la administración y de la ingeniería.

En cierta medida, esto fue así por la forma en que se desarrolló el mercado de servicios jurídicos en Estados Unidos, donde se prohibió que profesionales de otras disciplinas formaran parte de firmas de abogados.

Esto hizo que los encargados de la gestión administrativa y organizacional fuesen los mismos abogados. Típicamente, las firmas no consideraban la importancia de incorporar profesionales en gestión de procesos o en tecnología.

En los últimos años, el surgimiento del legaltech empezó a traer métodos y herramientas de otras áreas al ejercicio de la profesión legal. Así cobran relevancia otros factores vinculados con la calidad de los servicios jurídicos, como la velocidad en la entrega, la claridad en los conceptos y la utilización de nuevos canales de comunicación.

Por ejemplo, en lugar de enviar al cliente un escrito de 300 páginas, ¿por qué mejor no darle una visualización de datos a la que pueda acceder desde un portal web?

Este es un ejemplo, entre tantos otros, de utilización de tecnología para dar un mejor servicio al cliente.

¿Cómo fue tu experiencia trabajando en legaltech?

En mis tiempos de estudiante de derecho, empecé a trabajar en una multinacional que estaba reestructurando su departamento jurídico para adaptarlo al sistema de calidad ISO 9001.

Esto requería que el departamento jurídico desarrollara una serie de procesos e indicadores como todas las demás áreas.

A mí me encargaron ese proyecto, lo que me obligó a aprender sobre mejora de procesos con el objetivo de aumentar la eficiencia y la calidad del área jurídica. Conceptos de la ingeniería industrial aplicados al derecho.

En la universidad, nadie me había hablado de calidad en la prestación de un servicio jurídico al cliente ni de cómo medir el desempeño.

Más adelante, para complementar esa formación, cursé una maestría en ingeniería con énfasis en tecnologías de la información.

Así fue que completé mi transformación hacia el mundo del legaltech.

¿De qué forma la tecnología impacta sobre el trabajo de los abogados?

En los últimos 10 años, el mundo se transformó radicalmente. El impacto sobre nuestros trabajos y nuestras vidas es evidente.

Años atrás, no habríamos imaginado un fenómenos como los modelos de negocio colaborativos. Pero hoy nos desplazamos con Uber, pedimos delivery con Rappi o Glovo y reservamos alojamientos con Airbnb.

Sin embargo, en un mundo que se vuelca masivamente a la tecnología, los abogados son reticentes a incorporar herramientas que los ayude a hacer mejor su trabajo.

En el trabajo cotidiano del abogado, la mayor innovación de los últimos 10 años fue pasar de MS Office 2000 a MS Office 2013.

Sin embargo, con todas las transformaciones que están ocurriendo, en el futuro ser un buen abogado ya no será únicamente conocer la ley. También será conocer de tecnología y procesos. Y combinar esto para dar un buen servicio al cliente.

Por supuesto, nadie espera que los abogados tengan que convertirse en programadores de software ni que tengan que sentarse ellos mismos a escribir código.

Pero sí tienen que aprender cómo funcionan los nuevos modelos y la tecnología subyacente.

¿Cuál es la actitud de los abogados de la región frente al cambio tecnológico?

Yo observo una cierta polarización.

Algunos abogados ven los nuevos desarrollos que están ocurriendo en Estados Unidos con inteligencia artificial y dicen: “Se acabó la profesión legal. Pronto, todos seremos reemplazados por máquinas”.

Otros, por el contrario, lo ven como algo lejano: “Esos desarrollos nunca se volverán masivos”, dicen. “Tal vez sean aplicados en Estados Unidos. Pero nunca llegarán a América Latina”.

Es entendible que abogados de mayor edad, cerca del momento de su retiro, tengan esta actitud. Pero también lo observo en abogados de entre 45 y 50 años.

Esa mentalidad cierra las puertas a una conversación que pemita explorar formas de aplicación de herramientas tecnológicas al mundo legal.

El desarrollo del legaltech no pasa sólo por aspectos tecnológicos. También necesita de un cambio de mentalidad. La convicción, en los abogados, de que la tecnología y la mejora de procesos pueden servir para brindar un mejor servicio a los clientes.

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