Esta es una versión traducida y adaptada del texto “Crypto Tokens: A Breakthrough in Open Network Design” publicado por Chris Dixon el 1ero de junio de 2017.
Es un maravilloso accidente de la historia que Internet y la Web fuesen creadas como plataformas abiertas a las que cualquiera (usuarios, desarrolladores, organizaciones) pudiese acceder de manera equitativa.
Entre otras cosas, esto permitió a desarrolladores independientes construir productos que ganaron una rápida adopción. Google empezó en un garage de Menlo Park y Facebook arrancó en un dormitorio de Harvard. Compitieron en un terreno de juego nivelado porque ambas fueron construidas sobre redes descentralizadas gobernadas por protocolos abiertos.
Hoy, las empresas tecnológicas como Facebook, Google, Amazon y Apple son más poderosas que nunca, ya sea que las midamos por su valor de mercado, por su participación en la descarga de aplicaciones móviles o por cualquier otra métrica habitual.
Estas compañías también controlan enormes plataformas de software propietario. Los sistemas operativos dominantes (iOS y Android) cobran un 30% de comisiones en los pagos y ejercen un fuerte control sobre la distribución de aplicaciones. Las redes sociales dominantes controlan el acceso y restringen la posibilidad de escalar a desarrolladores de terceras partes. Startups y desarrolladores independientes compiten desde una posición de desventaja.
Los tokens de cripto son una potencial forma de revertir esta desventaja. Se trata de una nueva manera de diseñar redes abiertas surgida del movimiento de criptomonedas que empezó con el Bitcoin en 2008 y se aceleró con la creación de Ethereum en 2014.
Los tokens son una revolución en diseño de redes que habilitan:
La creación de redes abiertas y descentralizadas que combinan las mejores propiedades arquitecturales de las redes abiertas y propietarias,
Nuevas formas de incentivar a los participantes de redes abiertas como usuarios, desarrolladores, inversores y proveedores de servicios.
Al habilitar el desarrollo de nuevas redes abiertas, los tokens podrían ayudar a revertir la centralización de Internet, manteniéndola accesible, vibrante y equitativa. Todo esto tendría por resultado una mayor innovación.
El Bitcoin fue introducido en 2008 con la publicación del famoso paper donde Satoshi Nakamoto proponía un nuevo sistema de pagos descentralizado construido sobre una tecnología subyacente conocida como blockchain.
Al comienzo, la mayoría de los fans del Bitcoin (yo incluido) creyeron equivocadamente que se trataba únicamente de una revolución en tecnología financiera. (Era fácil cometer este error: Nakamoto mismo lo llamó un “sistema de pagos p2p”).
En retrospectiva, el Bitcoin eran realmente dos innovaciones: 1) una reserva de valor para gente que quisiera una alternativa al sistema financiero existente, y 2) una nueva forma de desarrollar redes abiertas.
Los tokens desagregan la segunda innovación de la primera, proporcionando un método general para diseñar y escalar redes abiertas.
Las redes (redes de computadora, plataformas de desarrolladores, marketplaces, redes sociales) siempre fueron una parte importante de la promesa de Internet. Decenas de miles de redes han sido incubadas por desarrolladores y emprendedores, pero sólo una muy pequeña parte de ellas ha sobrevivido, y la mayoría de son propiedad y están controladas por empresas privadas.
La forma actual de desarrollar una red es muy cruda. Con frecuencia, involucra recaudar dinero (los fondos de inversión son una fuente común de financiamiento) y gastarlo en marketing para superar el “problema del crecimiento”: el hecho de que las redes sólo se vuelven útiles una vez que han alcanzado cierta masa crítica de usuarios.
En los casos raros en que una red tiene éxito, los retornos financieros tienden a concentrarse en una cantidad relativamente pequeña de gente que tiene acciones en la red. Pero los tokens ofrecen una alternativa mejor.
Ethereum, introducida en 2014 y lanzada en 2015, fue la primera red importante más allá del Bitcoin. El líder de desarrollo, Vitalik Buterin, previamente había intentado crear lenguajes de smart contracts por encima del blockchain del Bitcoin. Eventualmente, se dio cuenta de que (principalmente por diseño) el Bitcoin era demasiado limitado, así que se necesitaba un enfoque diferente.
Ethereum es una red que permite a los desarrolladores correr smart contracts, piezas de código ejecutadas en una red descentralizada de computadoras. Ethereum tiene un token llamado Ether que puede comprarse, ya sea para apostar por su crecimiento de valor o para utilizarlo para comprar poder de cómputo (conocido como “gas”) en la red.
La red también otorga tokens a los “mineros” prestan su capacidad de cómputo para la ejecución de los smart contracts (podemos pensar en los mineros como desempeñando una función similar a los servicios de hosting en la nube como AWS). Desarrolladores de terceras parte pueden programar sus propias aplicaciones para correr en la red, y pueden cobrar Ether para generar ingresos.
Ethereum está inspirando una nueva oleada de redes de tokens. (También provee una manera simple de que nuevas redes de tokens se lancen por encima de la red de Ethereum, usando un estándar conocido como ERC20).
Hay desarrolladores están construyendo redes de tokens para una amplia gama de casos que incluyen platformas de computación distribuida, mercados de predicción y financieros, redes de creación de contenidos y redes de atención y publicidad. Muchas más redes serán inventadas y lanzadas en los próximos meses y años.
En lo que sigue, explico los dos principales beneficios de los modelos de tokens: el primero sobre la arquitectura y el segundo sobre los incentivos.
Los defensores de los sistemas abiertos nunca antes tuvieron una manera de gestionar y financiar la operación de servicios, lo que los ponía en desventaja contra sus competidores de software propietario.
Esto fue evidente durante la última gran batalla de Internet entre las redes abiertas y las cerradas: las guerras de redes sociales de fines de los 2000s. Como escribió recientemente Alexis Madrigal, en 2007 parecía que las redes abiertas resultarían dominantes:
En 2007, la gente de la web estaba triunfante. Por supuesto, la burbuja puntocom había explotado, pero se estaban construyendo imperios con las sillas giratorias, los cables de fibra óptica y los desarrolladores que habían quedado desocupados. La Web 2.0 no era sólo una descripción temporal, sino un ethos. La web sería abierta. Una miríada de servicios serían construidos, comunicándose a través de APIs, para proveer la experiencia completa de internet.
Pero con el lanzamiento del iPhone y el crecimiento de los smartphones, las redes propietarias se llevaron la victoria:
Cuando empezó esa gran explosión histórica, también trajo una guerra. La web abierta perdió rápidamente y de manera decisiva. Hacia 2013, los estadounidenses pasaban casi el mismo tiempo en sus teléfonos mirando Facebook como al resto de la web abierta.
¿Por qué los protocolos sociales abiertos fueron tan decisivamente derrotados por las redes sociales propietarias?
El nacimiento de los smartphones fue solo parte de la historia. Algunos protocolos abiertos (como el email y la web) sobrevivieron la transición a la era móvil. Los protocolos abiertos de redes sociales eran de alta calidad y abundantes (ej. RSS, FOAF, XFN, OpenID). Pero el problema fue que el bando del software abierto carecía de un mecanismo para encapsular software, bases de datos y protocolos en servicios que fuesen fáciles de usar.
Por ejemplo, en 2007, la revista Wired publicó un artículo en el que sus periodistas trataban de crear su propia red social utilizando herramientas abiertas:
Durante las últimas semanas, Wired News intentó lanzar su propia versión de Facebook utilizando herramientas y aplicaciones gratuitas. Estuvimos cerca, pero al final fracasamos. Logramos recrear quizá el 90% de la funcionalidad de Facebook, pero no la parte más importante — una forma de conectar a la gente y declarar la naturaleza de su relación.
Algunos desarrolladores propusieron resolver este problema creando una base de datos de gráficos sociales operados por una organización sin fines de lucro:
Establecer una fundación sin fines de lucro y software abierto (con propiedad intelectual controlada por la fundación) que recoja, fusione y distribuya los gráficos de todas las demás redes sociales en un gran gráfico agregado. Este gráfico podría luego ser puesto a disposición de otros sitios (o usuarios) a través de APIs públicas (para pequeños usuarios casuales) y repositorios de datos descargables con un sistema de APIs para recibir actualizaciones iterativas sobre el gráfico (para grandes usuarios).
El problema era que estos esquemas abiertos necesitaban una fuerte coordinación entre la entidades creadoras de los estándares, los operadores de los servidores, los desarrolladores de aplicaciones y las organizaciones sponsor para imitar la funcionalidad que los servicios propietarios podían brindar por sí solos.
El resultado fue que los servicios propietarios fueron capaces de crear mejores experiencias de usuario e iterar mucho más rápido.
Esto llevó a un crecimiento más acelerado, lo que condujo a una mayor inversión e ingresos lo que a su vez volvió a alimentar el desarrollo de producto y un mayor crecimiento. Esto puso en marcha una rueda de crecimiento meteórico de las redes sociales propietarias como Facebook y Twitter.
Si el modelo de tokens hubiese existido en 2007, el terreno de juego habría estado mucho más nivelado.
Primero, los tokens brindan una forma no sólo de definir un protocolo sino de financiar los gastos operativos para hostear un servicio. El Bitcoin y Ethereum tienen decenas de miles de servidores alrededor del mundo (“mineros”) que corren sus redes. Cubren los costos con mecanismos que distribuyen automáticamente recompensas en tokens a las computadoras de la red (“recompensas de minería”).
Segundo, los tokens proveen un modelo para crear recursos de computación compartidos (incluyendo bases de datos, computación y almacenamiento de archivos) mientras se mantiene el control descentralizado de esos recursos (y sin requerir una organización para mantenerlos).
Esta es la tecnología de blockchain de la que tanto se ha hablado. Las blockchains hubiesen permitido la existencia de gráficos sociales compartidos en una red descentralizada. Habría sido fácil para el autor de Wired crear una red social abierta con las herramientas disponibles hoy.
Algunas de las mayores batallas en tecnología ocurren entre complementos. Había, por ejemplo, cientos de startups que intentaron construir negocios sobre las APIs de las redes sociales y que sufrieron cambios unilaterales en los términos y condiciones, siendo obligadas a pivotear o cerrar.
Las batallas de Microsoft con complementos como Netscape o Intuit son legendarias. Las batallas dentro de los ecosistemas son tan comunes y consumen tanta energía que los libros de negocios están llenos de marcos sobre cómo una compañía puede exprimir beneficios de negocios adyacentes (ej. el modelo de las cinco fuerzas de Porter).
Las redes de tokens remueven esta fricción alineando los incentivos para que los participantes de la red trabajen juntos hacia un objetivo común: el crecimiento de la red y la apreciación del token. Este alineamiento es una de las principales razones por las que el Bitcoin sigue desafiando a escépticos y florece, incluso mientras nuevas redes de tokens han crecido a su lado.
Además, las redes de tokens bien diseñadas incluyen un mecanismo eficiente para incentivar a los participantes de la red a superar el problema del crecimiento inicial que afecta al desarrollo de las redes tradicionales.
Por ejemplo, Steemit es una red social descentralizada parecida a Reddit que realiza pagos a los usuarios que postean y votan artículos. Cuando Steemit fue lanzada el año pasado, la comunidad estaba felizmente sorprendida cuando hicieron su primer pago significativo a los usuarios.
Esto, a su vez, llevó a una apreciación de los tokens de Steemit que aumentó los futuros pagos llevando a un círculo virtuoso donde más usuarios llevan a más inversión y vice versa. Steemit es aún un proyecto en beta y ha tenido resultados buenos y malos, pero es un experimento de cómo generalizar la interacción mutua entre usuarios e inversores que demostraron en un primer momento el Bitcoin y Ethereum.
En los últimos tiempos, hubo una gran atención sobre las ofertas públicas de tokens (ICOs). Pero esta es sólo una de las múltiples formas en que los modelos de tokens traen innovación en incentivos de red.
Una red bien diseñada maneja cuidadosamente la distribución de tokens a través de los cinco grupos de participantes (usuarios, core developers, desarrolladores de terceras partes, inversores, proveedores de servicios) para maximizar el crecimiento.
Una forma de pensar sobre el modelo de tokens es imaginar qué hubiese pasado si Internet y la Web no hubiesen sido financiadas por gobiernos y universidades, sino que en su lugar habría existido una empresa que hubiera recaudado dinero a través de la venta de nombres de dominio.
La gente habría podido comprar nombres de dominio ya sea para usarlos o como inversión (colectivamente, los nombres de dominio valen decenas de millones de dólares hoy). De manera similar, los nombres de dominio podrían haber sido entregados como recompensa a proveedores de servicios que corrieran servicios de hosting y a desarrolladores de terceras partes que apoyaran el crecimiento de la red.
Esto habría generado una manera alternativa para financiar el desarrollo de Internet mientras que también habría alineado los incentivos de los distintos participantes de la red.
El movimiento de las criptomonedas es el heredero espiritual de los movimientos anteriores de la computación abierta como el movimiento de open source liderado por Linux y el movimiento de información abierta liderado por Wikipedia.
Ambos movimientos, en algún momento, comenzaron siendo de nicho y controvertidos. Hoy Linux es el sistema operativo líder a nivel mundial y Wikipedia es el sitio web de información más popular del mundo.
Los tokens de cripto son actualmente de nicho y controvertidos. Si las actuales tendencias continúan, pronto serán vistos como una revolución en el diseño y el desarrollo de las redes abiertas, combinando los beneficios sociales de los protocolos abiertos con los beneficios financieros y arquitecturales de las redes propietarias.
También son un desarrollo muy prometedor para quienes luchan por mantener Internet accesible a emprendedores, desarrolladores y otros creadores independientes.