Cuando se habla de cryptos, de NFTs y de la web 3, una de las palabras más utilizadas es “descentralización”. Tiene sentido, ya que todo corre sobre protocolos distribuídos, open-source, con una historia inmutable, con nodos “permissionless”, etc. Sin embargo, cuando uno empieza a mirar de cerca, a veces se encuentra con todo tipo de contraargumentos. Por ejemplo, que algunas blockchains se caracterizan por una gran concentración en sus nodos validadores, y que también es común que los smart contracts posean permisos privilegiados que representan un riesgo potencial enorme para los usuarios.